Antartica

Hacía calor y humedad. Habíamos paseado por calles y avenidas en peregrinar aplicado. En el itinerario no se nos pasó ni una de las tiendas de instrumentos anunciadas por el conserje.

Probaturas de guitarras (Violão), tomas de contacto con cavaquinhos y panderos.

Platos al peso para comer y de beber... cerveza.

En el escaparate del bar de comidas rápidas, de espalda a la calle, progresaba un músico local rítmicos acordes de guitarra, samba y bossa.

Maravilla de esos instantes conscientes de sincronización con el mundo, donde la vida de repente parece cobrar sentido en actos sencillos. Oir música, ver pasar gente, en la compañía de un amigo, comer, charlar y pasar un buen trago.

Namasté, Enrique.

2 comentarios:

Marta dijo...

"Oír música, ver pasar gente, en la compañía de un amigo, comer, charlar y pasar un buen trago"... añado, de esa cerveza bien fresquita... Ésa es mi definición de "paraíso". Cuando yo muera, quiero ir ahí, a momentos como ése, perpetuamente.
Besito

R. Bullón Acebes dijo...

Mataba por un momento así ahora mismito:)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...