Venecia fue un error querido, en búsqueda de combinaciones posibles de vuelos que nos llevaran desde Sevilla al norte de Croacia. Un barco nos trajo a la otra orilla del adriático, Porec. Allí alquilaríamos un coche para recorrer Croacia en 6 días. Porec-PN Plitvice-PN Krka-Trogir-Split-Dubrovnik.
No voy a contar las peripecias del alquiler de coche, sólo comentaros que estando la oficina a un paso es mejor pillar la reserva por Internet y luego decirle al mismo colega que te comentaba que no había coche económico, que su compañía vía Internet ha aceptado la reserva...
No voy a deciros que el turismo ha acabado con toda ganga de quedarse a dormir por dos duros, si bien la comida no es cara, la bebida lo es tanto como en cualquier país europeo, donde lo de beber en la calle es un capricho...
No os contaré de autovías de doble sentido y limitación a 60 Km/h, ni de túneles de más de 5 km.
Ni de un mar verde, azul, transparente que sin rubor enseña su fondo empedrado, ni de montañas, ni cascadas, ni de núcleos urbanos a la medida del hombre, donde pasear ...
La guerra es un fantasma disimulado por fondos europeos, calles enlosadas en piedra blanca, fachadas de la misma cantera. Antigüedad de romanos, venecianos, austrohúngaros que tan impolutas suena a decorado, sólo desmentido por casas aledañas a punto del derrumbe.
En el camino al parque nacional de Plitvice se encuentran casas demasiado nuevas y alguna quemada. La desarticulación de Yugoslavia ha servido a los diferentes grupos para homogeneizar a sus habitantes. Cada cual hizo lo propio, quemar la casa del diferente habida cuenta de tropelías hechas por los suyos, obligando a ese vecino de toda la vida que se creía parte de ese pueblo, de esa tierra, a huir y unirse a esos extraños que lo acogían como no supieron defenderlo sus paisanos de siempre.
Ahora los croatas, cristianos, se llaman a sí mismos europeos, quitándoles a los bosnios, musulmanes, y a serbios, cristianos ortodoxos, ese "privilegio". Y dándoles otros: moros y rusos respectivamente.
Incluso sobre absurdos y bajo el sol artificial del turismo la vida, tozuda, germina.
¿Se darán cuenta algún día que entre ellos hay diferencias tan importantes, un norte italianizado, un sur germanófilo, como para vuelta a desencadenar otra de esas absurdas segregaciones?
En ese absurdo, ahora rusos, alemanes, italianos, franceses están invadiendo sus tierras a base de un talonario que no tiene competencia en la capacidad económica del ex-yugoslavo. Como siempre ante debilidades económicas locales las inversoras privadas compran las industrias emergentes de un país; explotaciones mineras, pozos petrolíferos, o en este caso el turismo. Con el consabido "pan para hoy hambre para mañana".
