¡¡ Qué buena suerte!!
En la casa de enfrente no gozan de la misma, por pura cábala supersticiosa.
En ésta la convivencia es armonía de gargantas, comprensiones que no requieren voces.
Cuando la compatibilidad es posible.
Donde ser sordo, solista, soprano...
1 comentario:
Ya te digo que es suerte. Es la perfección y máxima compenetración.
Si cuando yo vivía en la casa materna, y tenía que padecer los insufribles ensayos y aprendizajes del hermano músico, con esos esbozos de punteos reiterados hasta el desquiciamiento, hubiera sido atacada por una sordera del cien por cien, habríamos alcanzado la perfecta armonía familiar.
Marta
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