Últimamente ando de pescas, desde niño no tiraba la caña. Aunque no tiene nada que ver con las sensaciones de poner el índice en el sedal y notar los bocaditos y embestidas de los peces sobre el cebo ensartado en el anzuelo a unas decenas de metros mar adentro, la brisa en el cuerpo y una razón para estar en actitud contemplativa frente a esa fuerza de la naturaleza pensando en nada.
Pues con la caña del lápiz he pescado este raro pez cuadrado, y como buen pescador presumo de captura.
Dibujo. Ál
1 comentario:
Hummm, es una preciosa metáfora, ésa de la cuadratura del mar. Yo pinto los pececinos triangulares, o en forma de números infinitos, si es que tengo prisa.
Un besazo, Al, con la pata chula
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