Aloe-Vera


Una maceta de Aloe comparte estancia con libros, instrumentos de cuerda, mis dibujos y el ordenador.

En tan artificial y asfixiante espacio de una maceta de barro y entorno nada salvaje, cualquiera en su lugar hubiera sucumbido a lo esperado, crecer, hasta un límite, si es abonada y regada convenientemente, secarse o pudrirse si el agua no llega o es demasiada… esa es toda su libertad. Dependiente de mí no debería hacer otra cosa.

Pues me sorprende, trayendo a su hogar un poco de vida inesperada. El mes pasado fueron unas setas, éste unos tréboles..

Mi aloe vera me ha dado una lección sin moverse. Siempre hay posibilidades, la limitación no es más que una posibilidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vuelta meses atras, parece ser. Esto me suena a una conversacion anaranjada del mes de junio 2009...
Me parece fenomenal que tu aloe sepa compartir de forma tan generosa su maceta... Ahora la pregunta es saber si tanto los treboles, como las setas, como la propia aloe, pueden crecer y desarrollarse de forma sana y entera estando todos tan apretados.
No estoy muy segura que hayas entendido bien lo que te quise decir aquel dia :-(
Pero pocos consejos te puedo dar...
Resulto ser una pesima jardinera...

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