la pequeña Ingeniería mecánica I: "Ojo al ojal"


Desde siempre me ha entusiasmado las soluciones que aportan en su sencillez nada más que la solución ideal al problema que pretenden resolver.

Las camisas de chicos el botón que queda remetido por el pantalón es el que sufre mayores tensiones y por ende tiene más posibilidades de desabrocharse de forma accidental, dejando en el mejor de los casos al aire el ombligo.

Si os fijáis ese ojal es diferente al resto de la camisa, sí, el ojal de este primer botón es horizontal. No es una concesión estética, ya que si se lleva como Dios manda éste queda oculto bajo los pantalones. Así es, los ojales verticales sirven para de un tirón se abran todos, ideales para una sesión de streptease, y para guardar a falta de grandes tensiones una perfecta alineación. Pero si se quiere que no ceda ante tirones no hay nada como un ojal horizontal.
¿Solución fácil? :-).

Sólo de ida

Otra vez se veía embarcada en un trasiego de ida y vuelta, esta vez iba en Preferente, un “regalo” de su editor para romper la resistencia que había generado a viajar. Enamorada como estuvo de la sensación de hacer maletas, siempre alimentó la idea del billete sólo de ida. Ahora le hastiaban los viajes con vuelta.

Pero y si: ¡todos sus viajes fueron de ida! nunca volvió al mismo lugar, Sevilla fue otra después de Tailandia, hasta ahora se había visto haciendo un circulo perpetuo y aburrido cuando en realidad subía por una escalera de caracol.

Relato breve presentado al concurso "EL TRÁNSITO, EL VIAJE, EL MOVIMIENTO HACIA UN DESTINO" en menos de 99 palabras.

Foto (Ál): Sevilla desde Triana


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