Cara o Culo


Cuestión de higiene. Con el "no es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia" y llevada esta máxima a su última consecuencia de economizar esfuerzos, no ensuciando muchos platos, ni haciendo demasiadas coladas. Con la carga de trabajo que esto conlleva de fregar, secar, guardar, lavar, tender, planchar, doblar, guardar... a uno se le ocurren ciertas ideas de orden por incompatibilidad sanitaria y/o gustativa que puedan alargar esos ciclos de ensucia/limpia o reducir el volumen de lo que hay que limpiar. Aplicado a lo culinario, por ejemplo, usando un gran plato puedes comer diferentes alimentos sin que haya mezcla de sabores o si primero te sirves agua, luego té y por último el zumo, un mismo vaso es suficiente sin pasar por el consabido friega, seca y guarda.
Secándome la cara con la toalla me vino la idea si ese sería el mismo lado por el que ayer me sequé el culo. Dos opciones, una, lavar la toalla cada vez. Rápidamente desechada por tener a fuego grabada la filosofía de ahorre marujil, que por qué no decirlo además es solidaria con el medioambiente. O marcar de alguna manera la dedicación exclusiva de uso de cada una de las partes de la toalla cual si una sábana santa se tratase. Así surgió la toalla cara o culo cuyo diseño ilustra este post.
Si se os ocurren otros inventos o procedimientos en la corriente filosófica descrita, no dudéis en hacerlos públicos. Haréis que muchos dediquen menos tiempo a labores rutinarias de limpieza y conservación, dedicando ese excedente a otras cosas de más interés como ¿dormir?
Dibujo: Ál

India

Hace casi un mes que volví de India, con el conjunto de vacunas; tifus, tétanos, hepatitis... También sin saberlo me inoculé la de la miseria, suciedad, ... de tal forma que me encantó, a pesar de la India, la India.
Esta vez ha sido un frito variado, versiones de lo que pretendía ser "la semana de la India en el Corte Inglés" que resultó un maratón de siete ciudades en nueve días,luego voluntariado Calcutense motivado más por no querer moverme en una semana, o sea por mi falta de voluntad, y por último, "Siete años en el Tibet" zipeado a cuatro días en Darjeeling.
Quien pretenda unas vacaciones de relax que no piense en India, no al menos la que yo conocí. Parece que hay paraíso de sol y playa al sur... es lo que tienen los subcontinentes , que tienen de tó.
No pretendo en esta entrada mas que dar una pincelada, la crónica del viaje seguro que llenará hojas y hojas, si al final la escribo. Sólo recordar la libertad inspiradora en lo que la conducción y uso del claxon se refiere. La vida en todas sus manifestaciones en el espacio colectivo de la calle, enjabonados de cuerpo entero, el negocio en una banqueta o en cuclillas. comer, cagar, mear... morir. El no confesar nunca que no se sabe del indio, hace que invente, engañe o te ignore ante una pregunta a bocajarro del que se sabe desconocedor de la respuesta. El tiempo se vuelve gelatina que pasa lentamente hay un contraste tremendo entre grupos de desocupados que entre té y té y mirar a todo cuanto pase se les va la vida y los que enjutos, huesudos, cargan tres veces su peso en la cabeza con un andar de marcha olímpica... La India es contraste constante de colores, actitudes, clima, religiones, razas, olores, sonidos... una paleta de extremos en la que los tonos intermedios desaparecieron.
Foto: Río Ganges (Varanasi)
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